Un buen ejemplo de la aplicación de todos nuestros recursos son las memorias corporativas que, desde hace unos años, dejaron de ser simples documentos financieros o burocráticos para convertirse en poderosas piezas de marketing.
Una memoria bien hecha no solo muestra los logros del año anterior, sino que "vende" la empresa a socios, inversionistas, clientes (reales y potenciales), líderes de opinión, autoridades y nuevos talentos, entre otros públicos relacionados. Importantes organizaciones nos confían su producción año a año.
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